SIMIENTES
‘Simientes’ es un proyecto conjunto en el cual se buscan explorar ideas sobre las relaciones afectivas y físicas qué desarrollamos con nuestro mundo presente y lxs seres no humanos a través de una Gaia en la qué se interpelen los sentidos, el paisaje, la racionalidad científica, la residualidad material y nuestro futuro. La instalación se compone de tres ideas distintas que se articulan en una misma temporalidad para crear una narración: “Ancestres”, “Intentos Simbiontes” y “Las Ruinas también pueden vivir”.
Ancrestres
Lina González
Punto yonbar: Año 15700 a.C. En algún lugar del mundo, esbozaron una palabra que trajo una ruptura entre dimensiones y fue posible ver las semillas poéticas.
Cymatics - Suminagashi (instalación interactiva)
Visual - analógico/orgánico
2022, donde se pierden las palabras.
Situado en un pasado lejano en el que se narra la historia de organismos que se relacionan a través de lenguajes con capacidades de crear estructuras autoorganizadas que interactúan entre sí y en el ambiente cómo un todo. A medida que se avanza evolutivamente en la vida de estos seres se pasa de lo molecular a las grandes escalas y se piensa en la forma de clasificar lo vivo y lo no vivo, considerando también las afectividades qué había en medio de estas relaciones.
Intentos Simbionte
Sofia Borda
Este mundo primigenio es conectado con el surgimiento del cuerpo y de las diferentes formas que pueden presentar seres qué se hacen a sí mismos según sus diferentes frecuencias. Estos seres coexistieron hasta la emergencia de la idea de individuo, en la cual la racionalidad que evocaba el mundo se pierde poco a poco y se rompe la vida conjunta que existía. Esta fase de la Gaia nos presenta un acto en el qué unx cientificx-holobionte del tiempo de los individuos desea conocer el mundo a través de su cuerpo holobionte, sus sentidos y sentires, por medio de interacciones simbióticas con cada ser que interactúa, proponiendo una metodología de investigación biológica denominada ‘Metodología de la investigación holobionte y simbiótica’.
Las ruinas también pueden vivir
Juan Pablo Roa
En un mundo posterior al tiempo de los individuos y los humanos, en donde hubo una ruptura en la continuación de la vida por cuenta del desastre ecológico producido por la necesidad de desarrollar un proyecto de extractivismo espacial que fracasó y terminó dejando inhabitable gran parte de los continentes. La explotación de la tierra causó una sedimentación de las rocas y los escombros qué, asentadas en el fondo marino, permitieron la emergencia de un archipielago al cual llegaron los últimos individuos que escaparon de la contaminación. En este tiempo hay una arruinación del paisaje pero más que ser un fin, se trata de un nuevo comienzo para la vida en el mundo. En este tiempo hay animales espirituales, seres qué adoptaron los afectos de las comunidades que convivieron con ellos en las islas de ruinas y son la última huella de los individuos. Estos seres ríen, lloran y juegan, escapando así a la idea de terror ecológico qué rodea su tiempo.